A medida que el reloj del clima avanza, el Caribe no sólo escucha, sino que actúa. En toda la región, gobiernos, empresarios y socios para el desarrollo están alineando la ambición con la acción, forjando un nuevo camino hacia adelante impulsado por la energía limpia, la financiación inclusiva y la innovación sostenible. En el centro de esta transformación se encuentra el audaz giro de la región hacia una economía verde, un imperativo estratégico que el Foro de Inversión del Caribe 2025 (FIC 2025) elevará a la escena mundial.
La CIF 2025, que tendrá lugar en Montego Bay, Jamaica, del 29 al 31 de julio, se centra en el tema SMART. VERDE. CONNECTED., y está diseñada para convocar a los líderes de la inversión y a los agentes del cambio con el fin de acelerar la transición verde del Caribe. A medida que se intensifica la crisis climática y persiste la inseguridad energética, el Caribe se encuentra en una posición única para liderar una conversación global sobre desarrollo sostenible, respaldada por proyectos tangibles, colaboración intersectorial y una nueva generación de emprendedores climáticos.
Durante décadas, las economías caribeñas han dependido en gran medida de los combustibles fósiles importados, exponiéndose a precios energéticos volátiles y contribuyendo a déficits fiscales insostenibles. Hoy, sin embargo, muchos países están reescribiendo esa narrativa mediante inversiones específicas en energías renovables y resiliencia climática. Por ejemplo, Barbados, que se ha comprometido a ser 100% libre de combustibles fósiles para 2030. El gobierno ha puesto en marcha ambiciosos programas de energía solar en tejados para hogares y empresas, respaldados por incentivos fiscales y reformas normativas. Del mismo modo, Dominica ha realizado grandes inversiones en energía geotérmica, con el objetivo de aprovechar sus recursos volcánicos para suministrar energía fiable y limpia, exportando al mismo tiempo el exceso de energía a las islas vecinas.
En Jamaica, el cambio es igualmente audaz. El país ha superado el 20% de energía renovable en su mix de generación, gracias a las inversiones en energía eólica y solar. En particular, el parque eólico de Wigton, el mayor del Caribe anglófono, sirve de modelo regional de colaboración público-privada en energías limpias. Como complemento está el Proyecto de Bonos Verdes de Jamaica, apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que pretende desbloquear financiación verde para proyectos medioambientales y de infraestructuras a gran escala. Mientras tanto, Santa Lucía y Granada están desarrollando Planes Nacionales de Adaptación con un fuerte énfasis en las infraestructuras verdes, las soluciones basadas en la naturaleza y el turismo sostenible. En Trinidad y Tobago, el gobierno está explorando el desarrollo de una industria verde del hidrógeno, posicionándose como futuro exportador de combustibles limpios y materias primas bajas en carbono.
Invertir en el futuro
Aunque el apetito por la transición verde es fuerte, la región aún se enfrenta a un importante déficit de inversión. Los FIC 2025 pondrán de relieve mecanismos para salvar esa brecha, haciendo hincapié en la financiación mixta, los bonos verdes y los vehículos de inversión de impacto adaptados a los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID). Entre ellos es clave la estrategia de la UE Global Gateway, que alinea la financiación del desarrollo con la inversión en infraestructuras para apoyar un crecimiento inteligente desde el punto de vista climático. A través de iniciativas como el Mecanismo para la Economía Verde del Caribe, la UE y socios como el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) están creando nuevas vías de financiación en condiciones favorables, garantías de crédito y herramientas de mitigación de riesgos que hacen más financiables los proyectos verdes.
Esto es especialmente crítico para las pequeñas y medianas empresas (PYME), que a menudo están a la vanguardia de la innovación climática pero tienen dificultades para acceder al capital. Los FIC 2025 darán voz a empresarios y creadores de ecosistemas que están transformando sectores como la construcción ecológica, la agricultura climáticamente inteligente y las microrredes renovables, demostrando que la economía verde no sólo es viable, sino vibrante.
Crecimiento centrado en el ser humano
Lo que distingue a la transición verde del Caribe es su enfoque humano. Más allá de los objetivos de emisiones y los megavatios, la estrategia climática de la región se basa en la resiliencia, la equidad y la inclusión. Los FIC 2025 amplificarán esto destacando cómo el crecimiento verde puede empoderar a las mujeres, los jóvenes y las comunidades marginadas para que participen plenamente en la economía del mañana. Programas como Mujeres en Energías Renovables del Caribe (WIRE-C) están construyendo ecosistemas energéticos que incluyen la perspectiva de género, mientras que empresas climáticas dirigidas por jóvenes -como Solar Buzz Jamaica y Eco Lifestyle + Lodge de Barbados- están demostrando que la innovación no tiene edad.
Además, las iniciativas regionales de educación y mejora de las cualificaciones, como la Estrategia de Desarrollo de Recursos Humanos de la CARICOM, están garantizando que la mano de obra esté preparada para los empleos del futuro, desde técnicos solares a auditores medioambientales y expertos en finanzas sostenibles.
FIC 2025: Una plataforma para la negociación y la acción
En la CIF 2025, el Caribe no sólo hablará de verde, sino que realizará transacciones verdes. Los delegados pueden esperar una sólida plataforma para la negociación, la presentación de proyectos y el intercambio de políticas en sectores como la energía, las infraestructuras, la agricultura y el transporte.
Organizado por la Agencia de Desarrollo de las Exportaciones del Caribe, en colaboración con el Gobierno de Jamaica, la Unión Europea y la Secretaría de la CARICOM, el Foro contará también con una Aldea de Inversión en Economía Verde, en la que se presentarán proyectos y empresarios de gran impacto y preparados para la inversión de toda la región.
Esto es más que una conferencia. Es un llamamiento a los inversores, gobiernos y socios de desarrollo para que unan el capital a la visión y la urgencia a la acción. Un Caribe verde es un Caribe en el que se puede invertir. El Caribe no está esperando a que lo rescaten del cambio climático: está construyendo su propia resiliencia, impulsada por paneles solares, turbinas eólicas, financiación digital y empresas sostenibles. Lo que necesita ahora es escala, velocidad e inversión estratégica.
La CIF 2025 será el momento emblemático de la región para demostrar que la economía verde no sólo es posible, sino rentable. Cuando Montego Bay se convierta en el nexo de la innovación y la inversión el próximo mes de julio, el mensaje será claro: el Caribe está preparado para liderar. ¿Estás preparado para asociarte?
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